Convencida de que para comprender las luchas obreras hay que compartir las condiciones de vida del proletariado, abandonó la enseñanza y, de 1934 a 1935, fue obrera de las fábricas Renault, experiencia que describió en La condición obrera (1951).
Al estallar la guerra civil española, acudió al frente de Barcelona, donde luchó al lado de los republicanos. Poco después atravesó una crisis espiritual, y se acercó a la fe católica. En 1942 se incorporó a las fuerzas de la Francia libre basadas en Londres.
Numerosos libros recogen sus artículos, ensayos, manuscritos y diarios íntimos, que trazan su búsqueda de la justicia social y de la salvación individual: La torpeza y la gracia (1947), El conocimiento sobrenatural (1949), El arraigo (1950), Carta a un religioso (1951), La fuente griega (1953), Pensamientos desordenados concernientes al amor de Dios (1962). Dejó también una tragedia, Venecia salvada(1940), y poemas, recogidos en volumen en 1968.
Numerosos libros recogen sus artículos, ensayos, manuscritos y diarios íntimos, que trazan su búsqueda de la justicia social y de la salvación individual: La torpeza y la gracia (1947), El conocimiento sobrenatural (1949), El arraigo (1950), Carta a un religioso (1951), La fuente griega (1953), Pensamientos desordenados concernientes al amor de Dios (1962). Dejó también una tragedia, Venecia salvada(1940), y poemas, recogidos en volumen en 1968.
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